Cuando hablamos de sexología, desde un punto de vista funcional pero también estético, de inmediato, y lamentablemente como sociedad estigmatizamos y etiquetamos a los pacientes que acuden a una clínica estética a realizar un procedimiento relacionado con su sexualidad, cuando en la realidad a mi observación y practica medica clínica, es completamente diferente.
En los ojos de mis pacientes veo alegría, veo regocijo, seguridad, retorno de la confianza, autoestima, entre otros aspectos; Veo expresiones que han cambiado además mi vida por completo los últimos tiempos; me encanta poder observar, y por ese motivo la motivación a escribir de este tema en este Blog, para comentar la importancia de lo “sentido” Por cada individuo, y cuando hablamos de lo “sentido” lo hacemos específicamente de lo que cada paciente refiere y el mismo puede experimentar.
Hacer y trabajar en el área estética en sexología compete todo lo relacionado a aspectos íntimos de cada persona y es por este motivo muy importante la validación, respeto y hace digno de ser escuchado cada síntoma mencionado y no de ser cuestionado.
Desde hace un tiempo atrás estoy trabajando entre varios aspectos medico/terapéuticos, el procedimiento de rejuvenecimiento vulvovaginal; este es un procedimiento mínimamente invasivo, indoloro, con resultados progresivos, desde la primera aplicación y con cuyos resultados son fantásticos; Este es un procedimiento que no solo se relaciona con fines estéticos, sino que también de cambios de calidad de vida de una persona con patologías como: cistouretrocele (descenso de pared de la vejiga, y por consecuencia también la uretra por perdida del Tono musculovaginal y piso pélvico), prolapsos vaginales, sensaciones de falta de falta de elasticidad vaginal, sensaciones de carencia de estímulos externos (por perdida de tensado y elasticidad del canal vaginal) justamente por lo anterior mencionado, lo que se traduce en trastornos del deseo sexual, con un marcado deseo hipoactivo.
Veo cambios, cambios radicales que se observan desde la primera sesión, cambios que afectan directamente la vida de un individuo; No es estética banal, es estética funcional que cambia la vida de ese individuo, su autobservación, lo sentido y vivido desde lo más íntimo de su sexualidad y psiqué, a lo más superfluo que alguna persona podría considerar.
Dejar de etiquetar y los juicios de valores, considero, lo más cercano y apropiado, buscar información para llenar el entendimiento y conciencia de ella sería lo más indicado, además de dejar de estigmatizar y atreverse a experimentar sería lo más indicado.
El resultado del rejuvenecimiento vulvovaginal, no es solamente estético, es funcional y cambia considerablemente la calidad de vida de una persona. Como resultado se deja de utilizar pañales (por la incontinencia urinaria) para utilizar juguetes y accesorios eróticos para comenzar una nueva vida llena de vivencias, sensaciones, disfrute y sentimientos de autoestima y una correcta valoración del “yo”, dejando atrás la vergüenza, para reforzar la seguridad.
Al Generar el correcto estimulo desde la vulva a el tercio superior, medio e inferior vaginal, a través de las ondas electromagnéticas, se crea un calentamiento interno controlado que produce un efecto de tensado, estimulando la síntesis de nuevas fibras de colágeno. Esto también induce varios efectos biológicos que mejoran la apariencia de la vulva, restaura la elasticidad vaginal, mejoran la incontinencia urinaria de esfuerzo leve y reducen la disfunción sexual. Estos aspectos han cobrado sentido para mí en mi labor como Medico sexólogo, en esta área, trabajando con personas con vagina. La invitación es al disfrute de una sexualidad plena, sin etiquetas ni creencias erróneas por considerar que no eres merecedor(a) de aprovechar todas las oportunidades que la tecnología nos brinda para mejorar aspectos orgánicos, pero también lo psicogénico que se verá reflejado como resultado de una buena salud física.
Dr. Francisco J. Gatica.
Medico Sexólogo (f)
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